Abrazando todas las formas de criar

9 de septiembre, 2020

Hace días vengo procrastinando una idea, mas bien una pulsión, casi diría una necesidad de volver a abrirme un poco mas y hablar sobre mi camino en la maternidad. Si bien siempre escribo sobre mis procesos mas profundos y oscuros, y siempre abogo por desromantizar la vida en general, poco cuento concretamente sobre algunas cosas de mi vida que, justamente, me llevan a los extremos del trabajo personal y a la deconstrucción prácticamente diaria de un puñado de esquemas y estructuras mentales, culturales, sociales. Un poco por miedo al prejuicio, otro poco por miedo a exponerme demás (y de alguna manera exponer a otres), saberse, admitirse y mostrarse vulnerable es una tarea difícil, pero la realidad es que vulnerabilidad es una de las cosas que mas nos une como ser humanos.

Uno de los temas que poco nombro, y que poco doy detalle es el camino de ma-paternidad compartida y dividida  que tenemos con el padre de Tao, mi hijo de casi cuatros años. Nuestro vinculo como compañeros duro poco, fue intenso y difícil, cada uno atravesando diferentes procesos internos, el famoso "encuentro con la propia sombra" no aplica solo a las madres, la llegada de un hije mueve prácticamente todo un sistema familiar. Por mi parte, la resistencia a quebrar con el "ideal de familia" de mi primera gestación fue un proceso bastante oscuro pero bastante liberador cuando entendí que quizás nuestro encuentro fue para transitar la crianza de este ser maravilloso que es Tao y que desde el amor (que no romantiza ni idealiza) pudimos llegar a un nivel de armonia y equilibrio para acompañar a nuestro hijo en su camino. Claro, hay altos y bajos, baches aun para trabajar, limitaciones con las cuales enfrentarse, resistencias que quebrar y muchas heridas que sanar, es un largo camino por recorrer de amor, de perdón y de aceptación. Ademas de la separación como pareja, y separación de casa, hace casi un año estamos transitando la separación de ciudad, lo cual transformo completamente nuestra dinámica. 

Y este punto me trajo muchísimos sentimientos contradictorios, sensaciones completamente ambiguas, momentos extremos de euforia y tristeza, me lleva constantemente a cuestionarme que es y como percibimos la mapaternidad.
Me encontré con el enorme sentimiento de gratitud de haber gestado y estar criando un hijo con un hombre que desde el inicio realmente se preocupo y se ocupo de tener participación activa e igualitaria en la crianza de su hijo, de estar presente y acompañarlo en todos los procesos. Básicamente de ser padre, a tiempo completo. Y la gratitud de que también compartimos la gran mayoría de ideales, formas, principios y deseos de como queremos criar a nuestro hijo. 

Aferrándonos fuertemente a que una de las cosas que mas precisa un hije es que sus padres esten plenos, que, mas que un teatro de "familia unita" pero sin sabor a vida, lo que va a llevarlos a constituirse como seres íntegros y que van atrás de su bienestar es el ejemplo de practicar el amor propio, aceptamos las dificultades del camino y buscamos adaptarnos, nos fuimos flexibilizando confiando en que, a pesar de ser difícil, duro y de encontrarnos con obstáculos en el camino, todo iba a fluir, pues en el fondo estamos siguiendo el corazón y no los dictámenes del afuera.

Así, con apenas tres años de Tao, me encontré separándome de el por periodos de entre una semana y hasta un mes, encontrándome en los extremos de una libertad nunca imaginada en mi idea de maternidad y de a momentos mucha sobrecarga mental, emocional y física, hasta ir encontrando las formas y los tiempos adecuados de llevar esta mapaternidad compartida de manera que sea placentera y fluida para todos. Me encontré con el entusiasmo eufórico de poder dar cauce, espacio y tiempo a la cantidad de cosas que como ariana fogoneada quiero materializar y a la vez con una sensación de vacío, de extrañeza y de desorientación total.

Llega un momento donde me pregunto "quien soy?", "soy realmente esta madre? y esta mujer?". Después de pasado cierto tiempo veo fotos de Tao y me confundo, no termino de encontrarme en esta soledad de a ratos deliciosa, de a ratos sin sentido. El silencio pasa de ser desesperadamente deseado a ser detestado. La idea de que ese ser tan pequeñito, que hace no mucho tiempo estaba completamente fusionado conmigo, física, espiritual, emocional y mentalmente, ya muy temprano esta forjando un camino en donde de alguna manera, yo no soy mas "su todo, su centro" únicamente, ya no depende 100% de mi, ya no me identifica como única figura de base, confianza, seguridad, apoyo y contención hace cortocircuito con la forma en que me enseñaron que era ser madre y con lo me inculcaron que debería significar la figura de madre para los hijos.

Ese cortocircuito duele que arde, pero cuando relajo y paro para pensar me digo a mi misma... "que mas saludable que esto para tu hijo? que constituirse como un ser independiente de otro ser?" . Como hija he sufrido bastante el peso del dolor al nido vacío de mi madre, la dificultad de cortar el cordón umbilical ilusorio y la repetición constante de algo así como que "lo único que te pertenece son los hijos", algo que se ha impreso en muchas cabezas y esta lejos de la realidad. He cargado y cargo con la dificultad de ella de aceptarme como ser libre, independiente, con un camino propio, con elecciones y decisiones propias, con ideologías y pensamiento autónomo, sufriendo un poco la punición emocional inconsciente de darle la espalda a los deseos de ella y seguir los míos, principalmente cuando estos implicaron distanciamiento o algún tipo de exclusión, llenándome de muchas culpas. 

Pero justamente no queriendo entrar en el ciclo interminable de la culpabilidad y posesividad que se viene arrastrando por generaciones, comprendiendo que no fue intencional si no que es una repetición de patrones, intentando abrazar y volver a todo lo que si me fue dado como hija y practicando el perdón integro el dolor de la separación pero elijo no identificarme con el ni repetirlo, soltando de a poco, con paciencia y amor a mi misma la idea del control total sobre la vida de mi hijo. Entiendo que aunque a veces quiero tener el poder de ver, saber y decidir sobre todo lo que sucede en su vida, acepto que esto es parte del camino que el también va eligiendo, (aun siendo inconsciente en este tiempo tan prematuro).

Me acepto como su madre, independientemente de no criarlo 24x7. Nada va a cambiar lo que nos une como madre e hijo pero entiendo que el no es una extensión de mi cuerpo, ni me pertenece, que la tarea y la misión de criarlo, educarlo y amarlo no es exclusivamente mía, de hecho es de una enorme red de seres. Me despojo de esa culpa inconsciente provocada por el chip que me metieron de que como soy la madre tengo que estar al frente de todo, pensamiento que también juzga de alguna forma todo lo que se sale de la "normativa de la maternidad hegemónica". Porque así como el ademas de ser mi hijo, es hijo del padre y es un ser independiente de nosotros, con capacidad de vincularse y de desarrollarse en otros ámbitos y contextos sin nosotros, yo también ademas de madre soy mujer, con deseos y objetivos que no se relacionan a la maternidad si no que abarca infinitos aspectos. 

Mis hijos, Tao y el este bebe que esta llegando, son un motor en mi vida, son mis principales maestros, son energía que me impulsiona a ser cada día una mejor versión de mi misma pero no pura y exclusivamente en mi versión de madre, si no en todas mis versiones: mujer, compañera, hija, amiga, hermana, profesional, HUMANA. Ser madre es un complemento a mi vida, no un objetivo, es una tarea titánica pero que me brinda infinitos recursos para transitar varios caminos, aun no siendo parte de la maternidad. 

Este camino, poco convencional, poco imaginado y que se sale de lo establecido como "normal" es a veces muy doloroso y con momentos de muchisima oscuridad, pero al final es muy liberador y satisfactorio ser parte de un movimiento interno y externo que está poco a poco quebrando rigideces generacionales y que camina en dirección a la desarticulación de la limitada lista de formas aceptadas de criar y educar, de maternar, de paternar, de ser familia, de dar amor y recibir amor y de vivir, para asi abrazar todas las formas posibles.

Esta.. es la nuestra, cual es la tuya? 


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